martes, 4 de febrero de 2014
No creo que Dios quiera exactamente que seamos felices, quiere que
seamos capaces de amar y de ser amados, quiere que maduremos, y yo
sugiero que precisamente porque Dios nos ama nos concedió el don de
sufrir; o por decirlo de otro modo: el dolor es el megáfono que Dios
utiliza para despertar a un mundo de sordos; porque somos como bloques
de piedra, a partir de los cuales el escultor poco a poco va formando la
figura de un hombre, los golpes de su cincel que tanto daño nos hacen
también nos hacen más perfectos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Siete años después
Venga, tonta. Que ya pasó aquella pesadilla tuya. Aquella pesadilla constante, en la que él no estaba enamorado de ti, en la que nunca vol...
-
Que fea es la palabra mentira no? Que feo es cuando te mienten. Porque, qué conlleva una mentira? Bien, una mentira es muy fácil decirla p...
-
Va a empezar febrero. Y qué feo es febrero sin ti, porque este mes era tan importante. Pero dentro de esa oscuridad general, hay una peque...
-
Estoy cansada de tener miedo. De tener miedo de que me digan cosas que no quiero escuchar. De tener miedo de rehacer mi vida en algunos as...
No hay comentarios:
Publicar un comentario