Podría decir que a veces lo puedo notar.
Esas veces en las que recuerdo que te tenía y vuelvo a la realidad.
Esas veces en las que aunque me dices que me quieres yo sé que no es cómo lo hacías ese verano.
Esas veces en las que te miro a los ojos y no brillan como solían hacerlo al verme.
Esas veces en las que no me encuentro bien y nadie me da cariño como solías hacer.
No quiero llorar, te lo prometo. Sé que tú no quieres que lo haga. Pero dime, cómo quieres que no llore sintiendo este vacío.
Te puedo asegurar que te quiero, es algo de lo que estoy segura... Pero no sé hasta qué punto esto está siendo sano.
Recuerdo que me prometiste tanto. Tantas cosas.. Pero sabes qué? No te voy a echar en cara que no lo hayas cumplido. Lo hiciste enamorado y lo entiendo. Lo que no entiendo, o al menos no quiero entender, es por qué ya no lo estás. Me veo capaz de enamorarte una y otra vez, pero esta vez es diferente.
No sabes cómo me cuesta mirarte y recordar que ya no envejeceremos juntos el uno con el otro.
Cariño, no sé si romper a llorar mientras escribo esto porque una vez que empiece no voy a parar.
Cariño, de verdad no sé por qué tiene que ser todo tan difícil. Por qué no despertar mañana y verte aparecer diciéndome que estás enamorado de mi. Que todo ha sido un sueño, y que ya era hora de despertar...
Tengo muchas más cosas que decir, para serte sincera. Simplemente creo que ya las sabes. Y, aunque es muy probable que no lo leas, te quiero.
Te quiero mucho. Desgraciadamente demasiado.
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