sábado, 18 de enero de 2014

Aparcó en la plaza del pueblo, entró en el bar de Curro y pidió un café y un bocadillo de caramelos.
-¿Un qué? -preguntó extrañado Curro.
-Un bocata de caramelos, por favor.
-¿Me está tomando el pelo, señor?
-Nada más lejos de mi intención, buen hombre.

Llega el señor Poss.

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