sábado, 18 de enero de 2014

Qué difícil es olvidar las cosas bonitas.

En algunas ocasiones, los demás no existen. Y ésta es una de esas ocasiones.

No hay nunca un porqué para un recuerdo; llega de repente así, sin pedir permiso. Y nunca sabes cuando se marchará. Lo único que sabes es que lamentablemente volverá.

Entre ruinas del pasado y el placer del presente.

Cuando pierdes el tiempo al teléfono, cuando los minutos pasan sin que te des cuenta, cuando las palabras no tienen sentido, cuando piensas que si alguien te escuchara creería que estás loco, cuando ninguno de los dos tiene ganas de colgar, cuando después de que ella ha colgado compruebas que lo haya hecho de verdad, entonces estás perdido. O mejor dicho, estás enamorado, lo que, en realidad, es un poco lo mismo...

Y en un instante recuerdo todo lo que no he podido decirte, todo lo que hubiera querido que supieras, la belleza de mi amor. Eso es lo que hubiera querido demostrarte.

Solo con el destino de mi pasado.

Y la miro. Pero no la encuentro.


Tengo ganas de ti.

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