sábado, 18 de enero de 2014

-Veo a una linda moza, que me mira y mueve los labios como si hablase, y que lleva, ¡caso extraño!, un vestido azul, exactamente como el mío.
-Tonta, es tu propia cara la que ves. Ese redondel se llama espejo. En la ciudad, cada persona tiene uno.

El espejo de Matsuyama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Siete años después

 Venga, tonta. Que ya pasó aquella pesadilla tuya.  Aquella pesadilla constante, en la que él no estaba enamorado de ti, en la que nunca vol...