sábado, 18 de enero de 2014

-Te quiero, Anna Covey -dijo Peter con un hilo de voz. 
Y lenta y dificultosamente se inclinó hacia delante hasta que los labios de ambos se encontraron, y cuando Anna sintió que la besaba con torpeza, supo que ya no era una Excedente. Y que tampoco lo era Peter. Excedente significaba innecesario. Que estabas de más.
No podías ser un Excedente si alguien te necesitaba. No podías ser un Excedente si alguien te amaba.

La declaración.

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